Fuerte como un roble

robleEste árbol inmenso, sagrado para celtas y romanos, es un tesoro de minerales regeneradores y taninos que combaten inflamaciones, eccemas y falta de energía …

El roble común (Quercus robur) es uno de los árboles más comunes en Europa, una planta majestuosa que puede alcanzar los 40 metros de altura. Su nombre se remonta a la época romana y el nombre se refiere no sólo a la dureza de su madera, sino también a su vitalidad, su fuerza excepcional y su longevidad, tanto que algunos ejemplares todavía en pie, parecen superar los mil años. No es casual que en la antigua Grecia, el roble fuera la planta sagrada de la excelencia, admirada por Zeus, el rey del Olimpo; mientras que entre los celtas era considerada una especie de eje del mundo, el pedestal y apoyo del cielo. Los romanos la consideraban un símbolo de la soberanía y los alemanes dedicaron el roble a Thor, el dios del trueno y el relámpago.

Su secreto de bienestar? Se encuentra en los taninos

Las cualidades curativas del roble, principalmente astringentes, vasoconstrictoras y antiinflamatorias, pueden atribuirse al alto contenido de taninos. He aquí, pues, que para uso externo, podemos utilizar la decocción de roble (poner 10 gr. de corteza en 1 litro de agua, dejar hervir 10 minutos, enfriar y colar), a continuación, aplicar compresas con el líquido en la parte afectada del cuerpo, en casos de eczema húmedos y pruritosos, sudoración de las manos y los pies, hemorroides y/o fisuras anales. La decocción de roble es ideal también para la limpieza de las zonas íntimas enrojecidas y para tonificar el cuero cabelludo graso y con caspa. Para uso interno, la decocción de la corteza (u hojas) es muy útil en casos de diarrea e inflamación intestinal: Beber 2 tazas al día durante 2-3 semanas. Las hojas, corteza y frutos del roble se utilizan por completo; un puñado de hojas, añadidas al agua del baño, son dermopurificadoras.

Otro regalo del roble son las bellotas: secarlas al sol y al reparo de la humedad, y molerlas hasta convertirlas en polvo. Se consumen como un café, y son muy útiles para las personas nerviosas o de estómago delicado. Este «café alternativo» y vigorizante, que también se vende en herboristerías en forma de bolsitas al vacío ya listas y se prepara disolviendo una cucharadita de polvo de bellotas en una taza de agua hirviendo y endulzando con miel. La dosis es de 2-3 tazas al día. Es un tónico maravilloso para hacer frente a la falta de energía.

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