Sí, el envejecimiento se puede combatir. No sólo se puede estar enérgico y vital, incluso después de una «cierta edad». Con demasiada frecuencia, las personas se dan por vencidas demasiado pronto, pensando que debilitarse con la edad es la cosa más natural del mundo. Lejos de eso!
Si comenzamos a perder fuerza a medida que avanza la edad no es porque seal algo normal, sino que puede ser debido a que, tal vez, a lo largo de nuestra vida, de una manera u otra, hemos descuidado o excesivamente forzado nuestro organismo.
¿Qué podemos hacer para recuperarnos de estos descuidos o simplemente para prevenir el envejecimiento prematuro y el sufrimiento?
Podemos interesarnos más por nosotros mismos y por nuestra salud, de una manera más diligente y exhaustiva.
Estos siete pasos son un gran comienzo:
1. Actividades física
Nuestros cuerpos son bombardeados a diario por químicos y contaminantes de todo tipo. La actividad física promueve el buen funcionamiento de nuestro sistema linfático que protege y limpia el organismo. Mejora el funcionamiento del corazón, la circulación sanguínea y nuestra respiración. La actividad física ayudará a perder peso, aumentando la producción de endorfinas, la hormona que nos da una sensación de bienestar y mantiene lejos incluso depresión. El ejercicio es útil no sólo como prevención! Un estudio realizado por la Universidad sueca de Gotemburgo sobre 17.500 personas mayores, de 11 países europeos, durado 2 años y medio, reveló que las personas físicamente activas desarrollan creencias que les ayuden a enfrentar la vida con más alegría y vitalidad. Incluso ya ancianos, se sintieron competentes y libres, capaces de tomar decisiones y cuidar de sí mismos y esta es la mejor manera de llegar a viejo.
No se necesitan grandes esfuerzo, un ejercicio aeróbico regular está muy bien. Incluso a caminar todos los días puede traer grandes beneficios.
2. Hidratación
Nuestro cuerpo se compone principalmente de agua , y cuando no se tiene suficiente, la piel se ve afectada y comienza a perder vitalidad y elasticidad, tendiendo a estar más seca. Todo esto no hace más que fomentar la aparición de arrugas. Además del hecho estético, es bueno saber que, si la piel está seca, el cuerpo está deshidratado y todos los órganos se ven afectados porque no tienen suficiente agua para su funcionamiento adecuado. Si durante el día no tiene sed es una señal clara de que su cuerpo está deshidratado y está tratando de optimizar sus funciones con la poca agua que le aportamos. Comience el día con un vaso de agua y siempre lleve una botella encima, tratando de consumir al menos 2 litros de agua cada día. Además, este es un gran sistema para combatir el calor.
Hidratando correctamente el organismo cada día, mostrará en muy poco tiempo sus beneficios: menos arrugas una piel más elástico y un rostro más limpio vital.
3. Meditación
Incluso sólo 15 minutos de meditación cada día puede rejuvenecer nuestro cuerpo y nuestra mente. Siempre es bueno tener un poco de tiempo para uno mismo y observar las maravillas de este mundo de esta vida y encontrar la paz interior.
Como sabemos, los radicales libres son responsables no sólo de diversas enfermedades y trastornos, sino también de los signos del envejecimiento. La meditación es una buena práctica para reducir el estrés, relajarse y reducir los radicales libres.
No es necesario hacer clases de yoga o meditación – que seguramente le proporcionarán una experiencia más interesante y completa – para meditar simplemente basta sentarse en un lugar tranquilo, sin distracciones (TV, PC, teléfono, etc.), deshacerse de todos los pensamientos y cosas para hacer y concentrarse en algo agradable y tranquilo. Con sólo 15 minutos al día es suficiente para calmar la mente y alejar el estrés.
4. Cuidado diario de la piel
Después – y sólo entonces – habiendo hidratado bien el organismo desde el interior, es el momento de hidratar y protegerlo en el exterior. Cada día millones de células en nuestros cuerpos mueren y dejan espacio para otras que nacen. Y todas estas células deben ser eliminados para mantener la piel limpia, fresca y vital. Cada día, cada mañana y cada noche, recuerde seguir una rutina simple de limpieza, exfoliación e hidratación de la piel. Cuidar de la piel será recompensado con un aspecto más vital, suave y elástico. Lo mejor para la piel es siempre tratar de usar productos naturales certificados. Los que se encuentran en las tiendas y supermercados y se publicitan en televisión y revistas no siempre contienen elementos naturales.
5. Un buen descanso
Un buen descanso ayuda a mantenerse joven, aunque esto no significa dormir tanto como sea posible, ya que es incluso posible que a más horas de sueño más cansados nos sintamos. Para regenerar nuestros cuerpos no se necesita dormir mucho, sino descansar bien y esto se logra siguiendo simples reglas como evitar el café, el alcohol y la nicotina, ir adormir siempre a la misma hora y con todas las luces apagadas y evitar el estrés.
6. Comer saludable
Todo sabeos que comer sano hace bien, pero a menudo tendemos a comer las mismas cosas, y la misma comida. Trate de variar la alimentación incluyendo alimentos ricos en antioxidantes, todo tipo de cereales, frutas y verduras a voluntad, preferentemente de temporada. Estos alimentos le ayudarán a mantener una piel sana y joven, aportarán calcio para sus huesos, y permitirán que sus órganos funcionen en su mejor momento. Evite los alimentos sintéticos y super refinados. No hay nada mejor que la comida que la naturaleza nos ha dado para mantenernos sanos y vivir mejor nuestras vidas.
7. Una buena carcajada
Trate todos los días de divertirse y reír, no hay nada mejor para iluminar el rostro y rejuvenecer la apariencia que una risa sana y alegre. Cuando se ríe, se usan los músculos faciales, una buena risa varias veces al día entrenará los músculos correctos del rostro dando un mejor aspecto, pero eso no es todo, los beneficios también son interiores. La risa promueve la producción de hormonas como la adrenalina y la dopamina la liberación de endorfinas y encefalinas, aumenta la producción de serotonina y reduce la producción de las hormonas del estrés.
Las endorfinas nos ayudan a relajarnos mientras que las encefalinas mejoran el sistema inmunológico al estimular una mayor producción de anticuerpos. La serotonina es un antidepresivo natural producido por nuestro organismo, mientras que las hormonas del estrés, como el cortisol causan precisamente estrés.