Remedio natural para los eczemas

1Las pieles delicadas o problemáticas que sufren eczemas o diversos tipos de dermatitis, son bastante difíciles de tratar tanto con soluciones naturales como con medicamentos convencionales. Pero en este artículo vamos a presentar un remedio natural y eficaz para combatir estos problemas cutáneos y con solo tres ingredientes: el propóleo, la arcilla blanca y la lavanda.

¿Los eczemas se pueden curar?

La dermatitis o los eczemas son una problema en la piel que conlleva inflamación y picor en algunas ocasiones. La dificultad a la hora de cuidarlos es debido a que son muchos los factores y las causas que influyen en su aparición. Pero si se cambian algunos hábitos y se utilizan algunos remedios naturales, es cierto que se tienen más posibilidades de curarlos.

Arcilla blanca

Este ingrediente es fundamental en cualquier problema de la piel. En los eczemas, la arcilla va a ayudar a eliminar las toxinas acumuladas en la piel, así como a desinflamarla y a calmarla gracias a los minerales que ésta contiene. Además este tipo de arcilla es una de las más suaves, por eso está indicada aún cuando la piel se encuentra irritada.

Propóleo

Junto con el ajo, el propóleo es el mejor antibiótico natural y reúne propiedades como el ser antibactriano, antiviral, antiinflamatorio, cicatrizante, inmunoestimulante y analgésico, que ayudan a combatir los eczemas.

Lavanda

Para este remedio se va a usar la lavanda en decocción gracias a que es una flor que tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas y analgésicas. También es regeneradora por lo tanto muy adecuada para la renovación de la piel en el caso de tener lesiones e irritaciones, pero sobre todo es un remedio sedante perfecto para aliviar los picores.

Preparación del remedio

Los ingredientes necesarios son:

-45 gramos de arcilla blanca en polvo
-15 gotas de propóleo puro líquido sin alcohol
-10 gramos de flores de lavanda secas
-1 vaso de agua

Los pasos a seguir son:

Se calienta el agua y al llegar a ebullición se añaden las flores de lavanda y se deja infusionar durante diez minutos. Transcurrido este tiempo se apaga el fuego y se cubre el recipiente con una tapadera para dejar reposar durante otros cinco minutos la decocción. Se cuela el líquido y se deja enfriar hasta que alcance la temperatura correcta para poder utilizarlo.

Se añaden las gotas del propóleo al agua de lavanda y se va añadiendo la arcilla blanca en polvo a este líquido poco a poco. Para todo esto se deben usar siempre recipientes y utensilios de madera o de cristal pero nunca de metal o de plástico.

Se va añadiendo líquido hasta lograr una textura que sea lo suficiente cremosa para que se pueda aplicar en la piel con facilidad y que no esté demasiado líquida para que no gotee.

Una vez esté listo se pone una capa gruesa en la zona afectada y se deja actuar durante veinte minutos sin cubrir. Cuando haya pasado el tiempo se retira con agua fría y se seca la piel bien. Para terminar se recomienda aplicar un aceite vegetal que hidrate la zona por ejemplo de almendra o de coco.

Este remedio se puede aplicar dos veces al día al principio y cuando vaya mejorando una sola vez. Como método de mantenimiento puede usarse tres veces a la semana.