Repelentes caseros para decir adiós a los mosquitos

Cuando aparece el calor, aparecen también los mosquitos así como muchos otros insectos voladores, y más allá del dolor, el picor y el ardor que provoca una picadura de ellos, pueden llevar a transmitir diversas enfermedades que pueden llegar a ser muy peligrosas si no se tratan adecuadamente.

Por eso es muy importante salir bien protegidos de casa, aunque el problema de los repelentes comerciales, es que suelen ser bastante pegajosos, así como a manchar la ropa o tener un dolor no demasiado agradable. Para evitar todos estos inconvenientes, te vamos a enseñar como preparar tu propio repelente para acabar con los mosquitos. ¡Apunta!

Tips para alejar a los mosquitos

Además de utilizar productos para que los mosquitos no se nos acerquen, pueden tomarse algunas medidas externas como por ejemplo, colocar un vaso de vinagre en la puerta o ventana, ya que este olor los repele. También puedes tomar alimentos que sean ricos en vitamina C o preparar azufre de ajo que ayudará además a repeler las moscas, las pulgas y las garrapatas. Para elaborarlo solo hay que mezclar agua con ajo y dejar que repose para esparcirlo después por toda la casa con la ayuda de un spray.

Tomando mucha vitamina C sudarás bastante más, y como los mosquitos odian el sudor, los conseguirás evitar. La albahaca fresca es otra buena opción. Puedes colocar alguna maceta en tu habitación y gracias a su aroma, que no es del agrado de los mosquitos, conseguirás espantarlos.

Repelentes para hacer en casa

Con 40 gotas de aceite esencial de eucalipto y una taza de agua templada, puedes preparar una estupenda mezcla para aplicar en las zonas donde quieras eliminar a estos insectos o aplicarlo directamente sobre tu piel. Se recomienda aplicarlo por la tarde o por la noche para que tenga más efecto.

El aceite de almendras es ideal para aplicarlo a niños pequeños, ya que resulta muy suave para su piel además de tener un aroma delicioso. Para elaborarlo se mezcla media taza de aceite de almendras, 15 gotas de aceite de albahaca y 15 gotas de aceite de geranio. Se introduce el resultado en un frasco con dispensador y se aplica cada dos o tres horas sobre la piel.

También puedes preparar una infusión con dos tazas de agua hirviendo y dos cucharas de albahaca. La dejas reposar durante cuatro horas más o menos y después rocías con el resultado la habitación que quieras con la ayuda de un spray.

En lugar de albahaca también se puede usar lavanda. Para ello se repite el mismo proceso que el anterior, haciendo una decocción con ella y dejándola reposar durante cuatro horas también, para después proceder a rociar el espacio deseado con ella. Si no te apetece realizar todo este proceso, puedes usar aceite esencial de lavanda y agregarle una crema humectante en una cantidad de 100 gramos aproximadamente. Se mezcla bien y se aplica sobre la piel.