Las ampollas son unas pequeñas bolsas acuosas que aparecen normalmente en los pies por la fricción de éstos con materiales rígidos como por ejemplo los zapatos. Generalmente aparecen en los talones, aunque también lo hacen habitualmente en la planta de los pies justo en las zonas en las que se forman los callos. Por suerte hay varios remedios naturales que ayudan a aliviarlas antes de que aparezcan infecciones o problemas mayores. A continuación te revelamos algunos de los más eficaces.
Agua con sal
Un remedio excepcional para secar una ampolla en muy poco tiempo consisten en hacer un baño de agua con sales de Epsom ya que este ingrediente tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que ayudan a reducir el dolor y la proliferación de bacterias en la zona que se encuentra afectada.
Los ingredientes que se necesitan son dos litros de agua caliente y media taza de sales de Epsom. Se deben incorporar las sales en un barreño con el agua y se sumergen en él los pies durante veinte minutos. Se debe repetir su uso durante todos los días hasta que la ampolla esté curada por completo.
Cebolla y vinagre de manzana
La combinación de ambos ingredientes tiene como resultado un antiséptico natural muy poderoso para evitar las infecciones en estas zonas. Sus propiedades ayudan a reducir el tamaño de la ampolla y a secar la piel para favorecer su reparación.
En este caso serán necesarias dos cucharas de vinagre de manzana y el jugo de un cuarto de cebolla. Lo primero que hay que hacer es extraer el jugo de la cebolla y mezclarlo con el vinagre de manzana en un recipiente. Se empapa un algodón en este líquido y se fija sobre las ampollas con un vendaje para que actúe tres horas como mínimo. Se debe repetir su uso hasta curar la herida.
Ajo
Este alimento es un antibiótico natural extraordinario que ayuda a reparar la piel que sufre de inflamaciones o traumatismos. Además los compuestos con los que cuenta impiden que los hongos o las bacterias proliferen lo que disminuye el riesgo de sufrir una infección. Por otra parte ayuda a secar las ampollas abiertas y reduce el enrojecimiento y el dolor de la zona.
Para beneficiarte de este remedio tan solo debes triturar un diente de ajo en crudo y frotarlo sobre la zona afectada para sujetarlo con una gasa o venda y dejar actuar durante treinta minutos para enjuagar a continuación.
Aceite de ricino
Una aplicación continuada de aceite de ricino es una de las soluciones más adecuadas para luchar contra las ampollas y el dolor que causan las mismas. Se deben aplicar cinco gotas de aceite de ricino sobre las ampollas y frotar hasta que se haya absorbido bien para cubrir los pies con unos calcetines que sean suaves. Se aconseja repetir la operación cada día dos veces como mínimo.