Maqui, la baya milagrosa de la Patagonia

maqui¿Cuántos de nosotros recurrimos a productos farmacéuticos para el tratamiento de distintas enfermedades, cuando sería suficiente aprovechar las infinitas propiedades medicinales de los productos que nos ofrece la naturaleza?

Este es el caso del Maqui (Aristotelia chilensis) una planta nativa de la parte occidental de las Américas. Crece de hecho en algunas zonas de la Patagonia chilena y la isla de Juan Fernández, que se encuentra a unos 600 km de la costa oeste de América del Sur.

Es un arbusto siempreverde, con bayas púrpuro-violetas que lo asemejan al arándano; pertenece a la familia Eleocarpacee, que cuenta con diez géneros y 400 especies distribuidas en todos los climas tropicales del hemisferio sur, excepto en África.

El término «maqui» viene del nombre de la fruta, en la lengua indígena del pueblo mapuche, descendientes de los antiguos araucanos, pobladores de la zona que conocían las propiedades medicinales de las bayas y las hojas de esta planta y que utilizaban en farmacología y en la alimentación diaria.

Con las hojas de Maqui se prepara una infusión para curar la irritación de garganta y cicatrizar heridas. También es analgésico y febrífugo.

Pero las propiedades medicinales más importantes se obtienen a partir de su jugo, utilizado por sus virtudes tónicas y astringentes, eficaces contra la diarrea y la disentería; también para tratar úlceras de la boca, a través gargarismos.

Los frutos de maqui también poseen propiedades anti-cancerígenas y anti-bacteriana. Y no termina aquí. Estudios recientes han demostrado que la infusión hecha con las hojas, tiene notables propiedades antioxidantes, debido a la presencia de alcaloides, y esto ha atraído el interés de la medicina deportiva sobre esta planta.

Los antioxidantes son sustancias capaces de neutralizar los radicales libres y protegen, por lo tanto, al organismo de su acción negativa, ya que pueden causar daños en las estructuras celulares, tales como la membrana plasmática y el ADN, con el consiguiente riesgo para la salud. En particular, los radicales libres son responsables de la aceleración del proceso de envejecimiento de las células y favorecen la aparición de enfermedades tumorales. Nuestro cuerpo reacciona a este proceso ya sea produciendo antioxidantes endógenos, que se sintetiza de forma independiente, así como ingiriendo sustancias antioxidantes exógenas (que se obtiene desde el exterior), a través de los alimentos.

Por estas razones, el maqui es considerado un producto anti-envejecimiento alrededor del cual se ha desarrollado un verdadero negocio, sobre todo en Europa y Estados Unidos, principalmente en el campo deportivo.

Al ser una planta comestible, las bayas de maqui se utilizan en la producción de mermeladas, zumos y helados, y también en la producción de la «chicha», una bebida fermentada con bajo contenido de alcohol, muy común en Chile. El mapuche utiliza los frutos de maqui también para dar color de sus vinos.

La fruta se puede comer cruda, de hecho, en la dieta de los antiguos Araucanos constituía un alimento básico. Además, la madera de esta planta, de color blanco, es apreciada sobre todo para la fabricación de instrumentos musicales.

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