Las heridas cutáneas de nuestros amigos de cuatro patas son bastante frecuentes, debido a que están constantemente expuestos al medio ambiente circundante, cuando juegan o pasean.
Naturalmente, las heridas pueden ser de diferentes: más o menos superficiales, más o menos extensas; pueden ser lineales o irregulares, etc…. por lo tanto el modo de actuar también será diferente: la herida puede requerir una simple limpieza y desinfección diaria durante unos días o puede ser necesario dar unos puntos de sutura para promover la cicatrización.
Para limpiar la piel se puede utilizar un gasa empapada en una decocción fría de manzanilla o caléndula; esta última (que también se puede usar en forma de tintura madre diluida en agua) tiene una acción desinfectante y cicatrizante.
Para desinfectar la piel se puede usar tintura madre de propóleos o extracto de semilla de pomelo; también el aloe, en forma de gel puede ayudar. Repita por lo menos un par de veces al día. Es mejor no cubrir la herida para que respire, por lo que también es muy importante para la higiene que su perro o gato no se lama la zona lesionada (utilizar en lo posible un collar isabelino); si la herida está en las yemas de los dedos o pezuñas, es mejor poner un calcetín, posiblemente con una bolsa de plástico en caso de lluvia o nieve, durante el paseo y retirarlo una vez en casa.
Si la herida es profunda, con sangrado incluso abundante, es necesario llevar la mascota al veterinario que suturará la herida.
De todos modos, continúe llevando a su perro a hacer sus paseos o caminatas, déjelo jugar libremente, pero evite en lo posible, lugares donde pueda accidentarse fácilmente, por ejemplo, zonas muy sucias, donde es común encontrar botellas rotas en el suelo; preste atención también a la casa, evitando dejar en el piso objetos que puedan ser un factor de riesgo.