Adiós ronquidos con remedios caseros

Mientras la persona está durmiendo puede llegar a emitir sonidos respiratorios fuertes que son conocidos como ronquidos. Aparecen por la obstrucción o dificultad de las vías respiratorias y es un trastorno nocturno bastante común. Aunque se suele manifestar de manera esporádica y leve, ciertas personas lo padecen de una manera crónica e incluso puede llegar a ser una seña inicial de apnea obstructiva del sueño. Por suerte existen algunos remedos caseros preparados con ingredientes naturales que relajan los conductos respiratorios para controlar este síntoma. ¡Toma nota!

Eucalipto y menta

El eucalipto y la menta tienen propiedades antiinflamatorias y expectorantes que ayudan a suavizar tanto la garganta como los canales respiratorias si se sufren ronquidos de manera frecuente, ya que liberan unas sustancias que al mejorar la respiración, promueven el control de este síntoma.

La preparación debe hacerse con tres tazas de agua, dos cucharas de hojas de menta y otras dos de hojas de eucalipto. Se deja hervir todo durante cinco minutos y a continuación se coloca la cabeza cerca del recipiente donde se han cocido las hierbas, con mucho cuidado de no quemarse, y se cubre con una toalla para inhalar los vapores que se desprenden durante tres o cinco minutos. Cada noche se debe repetir el tratamiento antes de irse a la cama, especialmente si se sufre de alguna infección respiratoria.

Hojas de frambuesa y miel

Combinando la miel de abejas con hojas de frambuesa se consigue un remedio emoliente y antibacteriano que relaja las vías respiratorias en caso de padecer obstrucciones e infecciones. Sus nutrientes se encargan de aliviar la irritación de garganta y de prevenir los silbidos en el pecho y los ronquidos.

Se pone a hervir una taza de agua y se añade una cuchara de hojas de frambuesa. Se deja reposar durante quince minutos la infusión, se cuela y se añaden dos cucharas de miel. Para su utilización se deben realizar gárgaras antes de acostarse con esta infusión durante un par de minutos.

Aceite de oliva y ruda

Con este tratamiento de uso externo se reducen las dificultades respiratorias que provocan ronquidos durante la noche. Sus compuestos mejoran la circulación además de calmar la irritación de los canales respiratorias y disminuir la congestión.

Se pican veinte gramos de ruda en trozos pequeños y se echa en un frasco para cubrirla con media taza de aceite de oliva para dejar reposar durante dos semanas. Cuando haya pasado este tiempo, se cuela el aceite y se almacena en un sitio fresco. A la hora de utilizarlo se echa un poco de aceite en las palmas de las manos y se masajea el pecho, la parte superior de la nariz y la espalda cada noche antes de irse a acostar.

Ortiga

Tomando una infusión de ortiga caliente se consigue un complemento perfecto para disminuir los ronquidos. En este caso tan solo hay que poner una taza de agua a hervr y añadir media cuchara de ortigas secas. Se deja reposar durante diez minutos y se cuela. Se debe tomar la bebida quince minutos antes de irse a la cama endulzada con un poco de miel.