Los pelos enquistados se originan cuando los folículos se obstruyen por una excesiva acumulación de células muertas que impiden que el vello salga con toda normalidad a la superficie, y puesto que crecen en el interior, se produce una inflamación que incluso puede provocar dolor.
Son habituales en las personas que tienen el cabello grueso y rizado, aunque todo el mundo puede sufrirlo alguna vez en su vida. Su aparición es consecuencia de la depilación, especialmente cuando se realiza con máquinas o cuchillas de rasurado. Aunque no presentan ningún riesgo para la salud, pueden llegar a infectarse, pero por suerte, existen algunos remedos naturales para tratarlo con facilidad. ¡Apunta!
Harina de avena y yogur
Un exfoliante natural preparado con yogur y avena, puede evitar los pelos enquistados sin causar ningún tipo de complicación en la zona que se encuentra afectada. Las propiedades que contiene ayuda a remover las células muertas que se encuentran retenidas en el folículo, y poco a poco, se va facilitando la extracción del vello.
Para preparar este exfoliante natural se necesita una cuchara de harina de avena y tres cucharas de yogur natural. Primeramente se pone la harina en un recipiente y después se añade el yogur hasta conseguir una pasta espesa. Se extiende el producto en la zona afectada y se frota mediante movimientos suaves y circulares durante cinco minutos. Luego se deja reposar durante media hora y se enjuaga. Hay que usarlo durante tres o cuatro días continuados.
Aceite de jojoba y azúcar
Combinando estos productos se consigue un efectivo remedo para eliminar los pelos que crecen debajo de la piel. Los dos ingredientes limpien la superficie del folículo y al conseguir destaparlo, remueve la piel muerta además de controlar la inflamación.
Se debe humedecer una cuchara de azúcar gruesa con dos cucharas de aceite de jojoba y mezclar ambos ingredientes hasta conseguir una pasta granulada. Se frota el producto sobre los pelos enquistados y se deja actuar durante veinte minutos. Se enjuaga con agua templada y se repite su uso durante tres días seguidos.
Bicarbonato de sodio y limón
El bicarbonato de sodio es un excelente exfoliante natural que ayuda a reparar y a limpiar la piel. Cuenta con propiedades antibacterianas que disminuyen el riesgo de sufrir una infección y de prevenir ciertas complicaciones en las zonas que se encuentran afectadas por estos pelitos.
En este caso conviene combinarlo con zumo de limón, ingrediente que ayuda en la regulación del pH de la piel, contribuyendo a su recuperación. Es muy importante usarlo solamente durante la noche, ya que si se expone al sol, puede provocar manchas.
Serán necesarios diez gramos de bicarbonato de sodio y una cuchara de zumo de limón. Hay que humedecer el bicarbonato con el zumo de limón hasta lograr una pasta bien espesa. Se frota con este exfoliante las zonas enquistadas y se deja actuar durante quince minutos para terminar enjuagando. Se recomienda usarlo dos o tres veces a la semana.