Sensibilidad dental, remedios caseros

55La sensibilidad en los dientes es una dolencia bastante frecuente en la población y suele producirse al consumir alimentos muy calientes o muy fríos. Esta sensibilidad puede deberse a muchas causas, destacando entre ella el deterior del esmalte de los dientes, por algún tipo de lesión o por haber seguido algún tratamiento.

Aunque no se trata de algo grave, existen algunos remedios caseros que actuarán aliviando el dolor. Te mostramos algunos de ellos.

Bicarbonato de sodio

El debilitamiento del esmalte de los dientes provoca malestar general y dolor constante. Si se le suma una deficiencia o un exceso de producción de saliva, lo más probable que la sensibilidad se acentúe. Para evitarlo se pueden aprovechar las propiedades del bicarbonato.

Comienza diluyendo un cuarto de una cuchara pequeña de bicarbonato de sodio con un poco de agua y realiza con ello un enjuague bucal. También puedes utilizarlo como pasta dental colocándolo en el cepillo de dientes. No lo utilices de manera excesiva ya que puedes provocar un efecto contrario.

Sal

Otra estupenda solución para aliviar la sensibilidad bucal es usar un enjuague de sal. Para ello debes mezclar una cuchara de sal con medio vaso de agua y realizar gárgaras dos veces cada día.

Aceite de canela

Este remedio es muy efectivo para calmar el dolor después de haber ingerido alimentos muy fríos o muy calientes. Sumerge en el aceite un trozo de algodón y frota sobre los dientes después de comer.

Aceite esencial de clavo

El clavo cuenta con una sustancia conocida como eugenol que tiene propiedades antiinflamatorias disminuyendo el dolor que causa este problema. Su efecto durante hasta treinta minutos dando tiempo para que las molestias desaparezcan de una manera espontánea. Además ayuda a neutralizar la halitosis así como las bacterias que la ocasionan.

Para utilizarlo se deben aplicar varias gotas de este aceite esencian en las zonas con más dolor. Si no se tiene a mano este aceite, se pueden masticar algunos clavos enteros.

Jengibre

Los efectos antiinflamatorios del jengibre aceleran su recuperación y ayudan a controlar el neurotransmisor encargado de provocar dolor. Se puede utilizar tanto para hacer gárgaras en infusión durante tres veces al día, como rallado y aplicado directamente sobre la zona dolorida.

Pimienta de Cayena

Las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de este ingrediente han sido utilizadas desde hace mucho tiempo para tratar diferentes afecciones, entre ellas las que afectan a la boca. Para utilizarla correctamente se debe diluir una cantidad pequeña de pimenta de Cayena en agua y usar el líquido resultante para hacer gárgaras. Se debe repetir su uso dos veces cada día.

En cualquier caso se piensa que esta pimienta alivia el dolor al engañar al organismo evitando que se concentre en este caso, en la sensibilidad.

Aceite de mostaza

Otra manera muy sencilla de proporcionar alivio a la boca es untar un trozo de algodón o directamente los dedos con un poco de aceite de mostaza y después frotar los dientes con él. Hay que aplicarlo dos veces al día.