Los callos se caracterizan por la formación de durezas en la piel debido a una presión continua en ella, a una irritación o a una fricción. La mayor parte de las veces se desarrollan en los piel, aunque también pueden darse en las manos al realizarse cualquier tipo de actividad que implique un contacto con la piel directo. Su aparición también puede deberse a una falta de humedad en esta zona, al uso de unos zapatos ajustados o a deformidades de los pies. Las personas que tienen afecciones circulatorias o diabetes, son más propensas a padecerlos. A continuación vamos s revelar algunos remedios muy eficaces que te ayudarán a combatirlos y prevenirlos de manera natural.
Bicarbonato de sodio
Este ingrediente es un exfoliante natural que ayuda a reducir la presencia de las células muertas en la piel. Además su poder antifúngico elimina los hongos que provocan el pie de atleta y gracias a su acción antiinflamatoria se reduce el tamaño de los callos. Para preparar este remedio se necesitan tres cucharas de bicarbonato de sodio, una piedra pómez y agua caliente.
Comienza calentando el agua a una temperatura que tus pies puedan soportar y échala en un barreño grande. Agrega el bicarbonato y sumerge durante diez minutos los pies. Cuando haya transcurrido este tiempo, frota la zona dañada con una piedra pómez y a continuación enjuaga. Repite este procedimiento tres veces cada semana como mínimo.
Aspirina
Un uso alternativo para suavizar la piel endurecida que forma los callos, es la aspirina. Sus compuestos antiinflamatorios ayudan a reducir el tamaño del callo ablandando la piel afectada.
Se necesitan en este caso seis aspirinas, media cuchara de zumo de limón, media cuchara de agua y una bolsa de plástico. Tritura las aspirinas hasta conseguir un fino polvo y mezcla con el zumo de limón y el agua. Frota con la pasta resultante las zonas afectadas y cúbrelas con una bolsa de plástico. Deja actuar durante diez minutos y enjuaga con agua templada. Utiliza una lima para raspar las células muertas. Repite su aplicación cada día.
Limón
Tanto el zumo del limón como su cáscara, son muy útiles como tratamiento alternativo para la eliminación de los callos de cualquier zona.
Se necesita en este caso una cáscara de limón, un vendaje y el zumo de un limón entero. Coloca la mitad de la cáscara del limón sobre el callo y cubre con el vendaje para que actúe durante toda la noche. Al día siguiente debes cambiar la cáscara por una fresca y repetir este procedimiento durante varios días consecutivos. Puedes aplicar si lo deseas, el zumo del limón recién exprimido en la zona afectada para una recuperación mucho más óptima.
Aceite de ricino
Este aceite cuenta con propiedades hidratantes y reconstructivas que reducen el tamaño de las durezas tanto en los pies como en las manos. Los ingredientes que se van a necesitar son una cuchara de aceite de ricino, unos quince gramos y un vendaje adhesivo.
Sumerge los pies en agua caliente con un poco de vinagre durante diez minutos y a continuación humedece el callo con el aceite de ricino para cubrir después con el vendaje. Repite todos los días su uso hasta que el callo haya desaparecido.
